sábado, 29 de noviembre de 2008
Jn 7, 11-14 Jesús era el comentario de la multitud
(Jn 7, 11-14) Jesús era el comentario de la multitud
[11] Los judíos lo buscaban durante la fiesta y decían: «¿Dónde está ese?». [12] Jesús era el comentario de la multitud. Unos opinaban: «Es un hombre de bien». Otros, en cambio, decían: «No, engaña al pueblo». [13] Sin embargo, nadie hablaba de él abiertamente, por temor a los judíos. [14] Promediaba ya la celebración de la fiesta, cuando Jesús subió al Templo y comenzó a enseñar.
(C.I.C 578) Jesús, el Mesías de Israel, por lo tanto el más grande en el Reino de los cielos, se debía sujetar a la Ley cumpliéndola en su totalidad hasta en sus menores preceptos, según sus propias palabras. Incluso es el único en poderlo hacer perfectamente (cf. Jn 8, 46). Los judíos, según su propia confesión, jamás han podido cumplir la Ley en su totalidad, sin violar el menor de sus preceptos (cf. Jn 7, 19; Hch 13, 38-41; 15, 10). Por eso, en cada fiesta anual de la Expiación, los hijos de Israel piden perdón a Dios por sus transgresiones de la Ley. En efecto, la Ley constituye un todo y, como recuerda Santiago, "quien observa toda la Ley, pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos" (St 2, 10; cf. Ga 3, 10; 5, 3).
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