domingo, 16 de noviembre de 2008
Jn 5, 31-35 Hay otro que da testimonio de mí
(Jn 5, 31-35) Hay otro que da testimonio de mí
[31] Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. [32] Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero. [33] Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. [34] No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes. [35] Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz.
(C.I.C 523) San Juan Bautista es el precursor (cf. Hch 13, 24) inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino (cf. Mt 3, 3). "Profeta del Altísimo" (Lc 1, 76), sobrepasa a todos los profetas (cf. Lc 7, 26), de los que es el último (cf. Mt 11, 13), e inaugura el Evangelio (cf. Hch 1, 22; Lc 16,16); desde el seno de su madre (cf. Lc 1,41) saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser "el amigo del esposo" (Jn 3, 29) a quien señala como "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29). Precediendo a Jesús "con el espíritu y el poder de Elías" (Lc 1, 17), da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio (cf. Mc 6, 17-29).
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