martes, 4 de noviembre de 2008
Jn 3, 7-13 Ustedes tienen que renacer de lo alto
(Jn 3, 7-13) Ustedes tienen que renacer de lo alto
[7] No te extrañes de que te haya dicho: “Ustedes tienen que renacer de lo alto”. [8] El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu». [9] «¿Cómo es posible todo esto?», le volvió a preguntar Nicodemo. [10] Jesús le respondió: «¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas? [11] Te aseguro que nosotros hablamosde lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. [12] Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? [13] Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
(C.I.C 182) "Creemos todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o transmitida y son propuestas por la Iglesia [...] para ser creídas como divinamente reveladas" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 20). (C.I.C 976) El Símbolo de los Apóstoles vincula la fe en el perdón de los pecados a la fe en el Espíritu Santo, pero también a la fe en la Iglesia y en la comunión de los santos. Al dar el Espíritu Santo a su Apóstoles, Cristo resucitado les confirió su propio poder divino de perdonar los pecados: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23).
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