domingo, 8 de octubre de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 199.
(Respuesta YouCat – repeticion) Para todos los que han
recibido el Evangelio y han conocido que Cristo es «el camino y la verdad y la
vida» (Jn 14,6), el Bautismo es el único acceso a Dios y a la salvación. Al
mismo tiempo es cierto, sin embargo, que Cristo murió por todos los hombres.
Por eso pueden salvarse también quienes no tuvieron oportunidad de conocer
verdaderamente a Cristo ni la fe, pero, con la ayuda de la gracia, buscan a
Dios con un corazón sincero y llevan una vida según su conciencia (el llamado
Bautismo de deseo).
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1261) En cuanto a los niños
muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia
divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran
misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf. 1Tm 2,4)
y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: "Dejad que los
niños se acerquen a mí, no se lo impidáis" (Mc 10,14), nos permiten
confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin
Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir
que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo bautismo.
Para meditar
(Comentario YouCat) Dios ha
vinculado la salvación a los sacramentos. Por ello la Iglesia debe ofrecerlos
incansablemente a los hombres. Abandonar la misión sería traicionar el encargo
de Dios. Pero Dios mismo no está sujeto a los sacramentos. Allí donde la
Iglesia —sea por su culpa o sea por otras razones— no llega o no tiene éxito,
Dios mismo abre a los hombres otros caminos para la salvación en Cristo.
(Comentario CIC) (C.I.C
1281) Los que padecen la muerte a causa de la fe, los
catecúmenos y todos los hombres que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer
la Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad,
pueden salvarse aunque no hayan recibido el Bautismo (Lumen gentium,16). (C.I.C 1282)
Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños, porque es una
gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos; los niños son
bautizados en la fe de la Iglesia. La entrada en la vida cristiana da acceso a
la verdadera libertad. (C.I.C 1283) En cuanto
a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener
confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación.
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