lunes, 2 de octubre de 2017

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 197.



YOUCAT Pregunta n. - 197 Parte I. ¿Por qué mantiene la Iglesia la práctica del Bautismo de niños?


(Respuesta YouCat) La Iglesia mantiene desde tiempos inmemoriales el Bautismo de los niños. Para ello hay una única razón: antes de que nosotros optemos por Dios, Dios ya ha optado por nosotros. El Bautismo es, por tanto, una gracia, un regalo inmerecido de Dios, que nos acepta incondicionalmente. Los padres creyentes que quieren lo mejor para su hijo, quieren también el Bautismo, en el cual el niño es arrancado del influjo del pecado original y del poder de la muerte.      

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1255) Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ese es también el papel del padrino o de la madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana (cf. CIC cánones 872-874). Su tarea es una verdadera función eclesial (officium) (cf. Sacrosanctum Concilium, 67). Toda la comunidad eclesial participa de la responsabilidad de desarrollar y guardar la gracia recibida en el Bautismo. 

Para meditar   

(Comentario YouCat) El Bautismo de niños supone que los padres cristianos educan al niño bautizado en la fe. Es una injusticia privar al niño del Bautismo por una liberalidad mal entendida. Lo mismo que no se puede privar al niño del amor, para que después pueda él mismo decidirse por el amor, sería una injusticia si los padres creyentes privaran a su hijo de la gracia de Dios recibida en el Bautismo. Así como todo ser humano nace con la capacidad de hablar, pero debe aprender a hablar, igualmente todo hombre nace con la capacidad de creer, pero debe aprender a conocer la fe. No obstante, no se puede imponer el Bautismo a nadie. Si se recibe el Bautismo de niño, hay que «ratificarlo» después personalmente a lo largo de la vida; es decir, hay que decir «sí» al Bautismo para que éste dé fruto.

(Comentario CIC) (C.I.C 1275) La iniciación cristiana se realiza mediante el conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación que es su afianzamiento; y la Eucaristía que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en El.      
 
(Continua la Pregunta: ¿Por qué mantiene la Iglesia la práctica del Bautismo de niños?) 

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