martes, 29 de noviembre de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 93.
(Respuesta YouCat - repeticion) El Padre
quería manifestar ya en la vida terrena de Jesús la gloria divina de su Hijo.
La Transfiguración de Cristo tenía que ayudar después a los discípulos a
comprender su muerte y resurrección.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 556a) En el umbral de la vida pública se
sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de
Jesús "fue manifestado el misterio de la primera regeneración":
nuestro bautismo; la Transfiguración "es es sacramento de la segunda regeneración":
nuestra propia resurrección (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, 45, 4, ad 2). Desde ahora nosotros participamos
en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos
del Cuerpo de Cristo.
Para Meditar
(Comentario YouCat) Tres evangelios relatan cómo
Jesús, en la cumbre de un monte, a la vista de sus discípulos, comienza a
brillar (se «transfigura»). La voz del Padre celestial llama a Jesús «el Hijo
amado», a quien hay que escuchar. Pedro quiere «hacer tres tiendas» y retener
el momento. Pero Jesús está en camino hacia su Pasión. Se trata sólo de
fortalecer a sus discípulos.
(Comentario CIC) (C.I.C 556b) La Transfiguración nos concede una
visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo "el cual transfigurará
este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3,
21). Pero ella nos recuerda también que "es necesario que pasemos por
muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22): “Pedro
no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña (cf. Lc
9, 33). Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora,
él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra,
para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse
matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse
andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a
sufrir?” (San Agustín, Sermo 78, 6:
PL 38, 492-493).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario