domingo, 6 de noviembre de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 83.
(Respuesta YouCat - repeticion) La Iglesia
cree que «la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha
de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo
Salvador del género humano» (Dogma de 1854).
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 489b) Contra toda expectativa humana, Dios
escoge lo que era tenido por impotente y débil (cf. 1Co 1, 27) para mostrar la
fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel (cf. 1S 1), Débora, Rut, Judit,
y Ester, y muchas otras mujeres. María "sobresale entre los humildes y los
pobres del Señor, que esperan de él con confianza la salvación y la acogen.
Finalmente, con ella, la excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la
promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación" (Lumen gentium, 55). (C.I.C 491) A lo
largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena
de gracia" por Dios (Cf. Lc 1, 28) había sido redimida desde su
concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado
en 1854 por el Papa Pío IX: “... la bienaventurada Virgen María fue preservada
inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su
concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a
los méritos de Jesucristo Salvador del género humano” (Pío IX, Bulla Ineffabilis Deus: DS 2803).
Para Meditar
(Comentario YouCat) La fe en la «Inmaculada
Concepción» de María existe desde el inicio de la Iglesia. Hoy a veces se
entiende mal esta expresión. Significa que Dios preservó a María del pecado
original, y además desde el principio. Pero no dice nada sobre la concepción de
Jesús en el vientre de María. Y en ningún caso es una minusvaloración de la
sexualidad en el cristianismo, como si el marido y la mujer se «mancharan»
cuando engendran a un hijo.
(Comentario CIC) (C.I.C 490) Para ser la Madre del Salvador, María
fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan
importante" (Lumen gentium, 56).
El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de
gracia" (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su
fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente
conducida por la gracia de Dios.
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