miércoles, 23 de septiembre de 2015
521. ¿Qué deberes tiene el hombre hacia la verdad? (Primera parte)
Le pedimos disculpas a los visitantes por el
largo retraso: - de 6 – a 15 de
septiembre - en publicar las entradas del blog. Sólo se debe a los retrasos
en la reparación de sus propios fracasos y a reincorporarse a sus funciones por
la empresa que proporciona conexiones a Internet.
(Compendio
521) Toda persona está llamada a la sinceridad y a la veracidad en el hacer y
en el hablar. Cada uno tiene el deber de buscar la verdad y adherirse a ella,
ordenando la propia vida según las exigencias de la verdad. En Jesucristo, la
verdad de Dios se ha manifestado íntegramente: Él es la Verdad. Quien le sigue
vive en el Espíritu de la verdad, y rechaza la doblez, la simulación y la
hipocresía.
Resumen
(C.I.C 2504) ‘No
darás falso testimonio contra tu prójimo’ (Ex 20, 16). Los discípulos de Cristo
se han ‘revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y
santidad de la verdad’ (Ef 4, 24).
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2464) El
octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo.
Este precepto moral deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de su
Dios, que es y que quiere la verdad. Las ofensas a la verdad expresan, mediante
palabras o acciones, un rechazo a comprometerse con la rectitud moral: son
infidelidades básicas frente a Dios y, en este sentido, socavan las bases de la
Alianza. (C.I.C 2465) El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf. Pr 8, 7;
2S 7, 28). Su ley es verdad (cf. Sal 119, 142). ‘Tu verdad, de edad en edad’
(Sal 119, 90; Lc 1, 50). Puesto que Dios es el ‘Veraz’ (Rm 3, 4), los miembros
de su pueblo son llamados a vivir en la verdad (cf. Sal 119, 30).
Para la reflexión
(C.I.C 2466) En
Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. ‘Lleno de gracia y de
verdad’ (cf. Jn 1, 14), él es la ‘luz del mundo’ (Jn 8, 12), la Verdad (cf. Jn 14, 6). El que cree en
él, no permanece en las tinieblas (cf. Jn 12, 46). El discípulo de Jesús,
‘permanece en su palabra’, para conocer ‘la verdad que hace libre’ (cf. Jn 8,
31-32) y que santifica (cf. Jn 17, 17). Seguir a Jesús es vivir del ‘Espíritu
de verdad’ (cf. Jn 14, 17) que el Padre envía en su nombre (cf. Jn 14, 26) y
que conduce ‘a la verdad completa’ (Jn 16, 13). Jesús enseña a sus discípulos
el amor incondicional de la verdad: ‘Sea vuestro lenguaje: «sí, sí»; «no, no»’
(Mt 5, 37). (Continua)
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