jueves, 17 de septiembre de 2015
518. ¿Cómo se realiza la justicia y la solidaridad entre las naciones? (Primera parte)
Le
pedimos disculpas a los visitantes por el largo retraso: - de 6 – a 15 de septiembre - en publicar las entradas del blog. Sólo
se debe a los retrasos en la reparación de sus propios fracasos y a reincorporarse
a sus funciones por la empresa que proporciona conexiones a Internet.
(Compendio
518) En el plano internacional, todas las naciones e instituciones deben obrar
con solidaridad y subsidiaridad, a fin de eliminar, o al menos reducir, la
miseria, la desigualdad de los recursos y de los medios económicos, las
injusticias económicas y sociales, la explotación de las personas, la
acumulación de las deudas de los países pobres y los mecanismos perversos que
obstaculizan el desarrollo de los países menos desarrollados.
Resumen
(C.I.C 2463)
¿Cómo no reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola en la
multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria? (cf. Lc 16, 19-31)
¿Cómo no escuchar a Jesús que dice: ‘A mi no me lo hicisteis?’ (Mt 25,
45).
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2437) En
el plano internacional la desigualdad de los recursos y de los medios
económicos es tal que crea entre las naciones un verdadero ‘abismo’ (Sollicitudo rei socialis, 14). Por un lado
están los que poseen y desarrollan los medios de crecimiento, y por otro, los
que acumulan deudas. (C.I.C 2439) Las naciones
ricas tienen una responsabilidad moral grave respecto a las que no pueden
por sí mismas asegurar los medios de su desarrollo, o han sido impedidas de
realizarlo por trágicos acontecimientos históricos. Es un deber de solidaridad
y de caridad; es también una obligación de justicia si el bienestar de las
naciones ricas procede de recursos que no han sido pagados con justicia.
Para la reflexión
(C.I.C 2438)
Diversas causas, de naturaleza religiosa, política, económica y financiera,
confieren hoy a la cuestión social ‘una dimensión mundial’ (Sollicitudo rei socialis, 9). Es
necesaria la solidaridad entre las naciones cuyas políticas son ya
interdependientes. Es todavía más indispensable cuando se trata de acabar con
los ‘mecanismos perversos’ que obstaculizan el desarrollo de los países menos
avanzados (cf. Sollicitudo rei socialis,
17; 45). Es preciso sustituir los sistemas financieros abusivos, si no
usurarios (cf. Centesimus Annus, 35),
las relaciones comerciales inicuas entre las naciones, la carrera de
armamentos, por un esfuerzo común para movilizar los recursos hacia objetivos
de desarrollo moral, cultural y económico ‘redefiniendo las prioridades y las
escalas de valores’(Centesimus Annus,
28). (Continua)
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