viernes, 19 de octubre de 2012
1S 9, 16; 10,1 «¡El Señor te ha ungido como jefe de su herencia!
I Samuel 9 - paginas
selectas
9, 16 «Mañana, a la misma hora, te enviaré a un hombre
del país de Benjamín; tú lo ungirás como jefe de mi pueblo Israel, y él salvará
a mi pueblo del poder de los filisteos. Porque yo he visto la aflicción de mi
pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí». – 10, 1 1 Samuel tomó el frasco de
aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl: Luego lo besó y dijo: «¡El Señor
te ha ungido como jefe de su herencia!
(C.I.C
436) Cristo viene de la traducción
griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir
"ungido". No pasa a ser nombre propio de Jesús sino porque Él cumple
perfectamente la misión divina que esa palabra significa. En efecto, en Israel
eran ungidos en el nombre de Dios los que le eran consagrados para una misión
que habían recibido de Él. Este era el caso de
los reyes (cf. 1S 9, 16; 10, 1; 16, 1. 12-13; 1R 1, 39), de los sacerdotes (cf.
Ex 29, 7; Lv 8, 12) y, excepcionalmente, de los profetas (cf. 1R 19, 16). Este
debía ser por excelencia el caso del Mesías que Dios enviaría para instaurar
definitivamente su Reino (cf. Sal 2, 2; Hch 4, 26-27). El Mesías debía ser
ungido por el Espíritu del Señor (cf. Is 11, 2) a la vez como rey y sacerdote
(cf. Za 4, 14; 6, 13) pero también como profeta (cf. Is 61, 1; Lc 4, 16-21).
Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de
sacerdote, profeta y rey.
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