lunes, 22 de octubre de 2012
1S 28, 19 Mañana, tú y tus hijos estarán conmigo
I Samuel 28 - paginas
selectas
19 Y junto contigo, el Señor entregará también a Israel
en manos de los filisteos. Mañana, tú y tus hijos estarán conmigo, y también al
ejército de Israel el Señor lo entregará en manos de los filisteos».
(C.I.C
633) La Escritura llama infiernos, sheol, o hades (cf. Flp 2, 10; Hch 2, 24; Ap
1, 18; Ef 4, 9) a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto,
porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios (cf.
Sal 6, 6; 88, 11-13). Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado
de todos los muertos, malos o justos (cf. Sal 89, 49;1Sam 28, 19; Ez 32,
17-32), lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús
en la parábola del pobre Lázaro recibido en el "seno de Abraham" (cf.
Lc 16, 22-26). "Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su
Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió
a los infiernos" (Catecismo Romano,
1, 6, 3). Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados (cf.
Concilio Romno (año 745): DS 587) ni para destruir el infierno de la
condenación (cf. Benedicto XII, Cum dudum
(1341), 18: DS 1011; Clemente VI Super
quibusdam (1351) 15, 13; DS1077) sino para liberar a los justos que le
habían precedido (cf. IV Concilio de Toledo, IV (633): DS 485; Mt 27, 52-53).
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