jueves, 18 de octubre de 2012
1S 3, 9-10 Habla, Señor, porque tu servidor escucha
I Samuel 3 - paginas
selectas
9 y dijo a Samuel: «Ve a acostarte, y si alguien te
llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha». Y Samuel fue a
acostarse en su sitio. 10 Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las
otras veces: «¡Samuel, Samuel!». El respondió: «Habla, porque tu servidor
escucha».
(C.I.C
2591) Dios llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso con Él. La oración acompaña a toda la historia de la
salvación como una llamada recíproca entre Dios y el hombre. (C.I.C 2578) La oración del pueblo de Dios se
desarrolla a la sombra de la morada de Dios, el Arca de la Alianza y más tarde
el Templo. Los guías del pueblo - pastores y profetas - son los primeros que le
enseñan a orar. El niño Samuel aprendió de su madre Ana cómo "estar ante
el Señor" (cf. 1S 1, 9-18) y del sacerdote Elí cómo escuchar Su Palabra:
"Habla, Señor, que tu siervo escucha" (cf. 1S 3, 9-10). Más tarde,
también él conocerá el precio y el peso de la intercesión: "Por mi parte,
lejos de mí pecar contra el Señor dejando de suplicar por vosotros y de
enseñaros el camino bueno y recto" (1S 12, 23).
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