sábado, 6 de octubre de 2012
Deut 31, 24-26 Tomen este Libro
(C.I.C 2056) La palabra
‘Decálogo’ significa literalmente ‘diez palabras’ (Ex 34, 28; Dt 4, 13; 10, 4).
Estas ‘diez palabras’ Dios las reveló a su pueblo en la montaña santa. Las
escribió ‘con su Dedo’ (Ex 31, 18), a diferencia de los otros preceptos
escritos por Moisés (Cf. Dt 31, 9.24). Constituyen palabras de Dios en un
sentido eminente. Son transmitidas en los libros del Exodo (Cf..Ex 20, 1-17) y
del Deuteronomio (Cf. Dt 5, 6-22). Ya en el Antiguo Testamento, los libros
santos hablan de las ‘diez palabras’ (Cf. por ejemplo, Os 4, 2; Jr 7, 9; Ez 18,
5-9); pero su pleno sentido será revelado en la nueva Alianza en Jesucristo. (C.I.C 2058) Las ‘diez palabras’ resumen y
proclaman la ley de Dios: ‘Estas palabras dijo el Señor a toda vuestra
asamblea, en la montaña, de en medio del fuego, la nube y la densa niebla, con
voz potente, y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas de piedra y me
las entregó a mí’ (Dt 5, 22). Por eso estas dos tablas son llamadas ‘el
Testimonio’ (Ex 25, 169), pues contienen las cláusulas de la Alianza
establecida entre Dios y su pueblo. Estas ‘tablas del Testimonio’ (Ex 31, 18;
32, 15; 34, 29) se debían depositar en el ‘arca’ (Ex 25, 16; 40, 1-2). (C.I.C 2059)
Las ‘diez palabras’ son pronunciadas por Dios dentro de una teofanía (‘el Señor
os habló cara a cara en la montaña, en medio del fuego’: Dt 5, 4). Pertenecen a
la revelación que Dios hace de sí mismo y de su gloria. El don de los
mandamientos es don de Dios y de su santa voluntad. Dando a conocer su
voluntad, Dios se revela a su pueblo.
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