miércoles, 8 de julio de 2009
Rm 14, 7-9 Si vivimos, vivimos para el Señor
(Rm 14, 7-9) Si vivimos, vivimos para el Señor
[7] Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí. [8] Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor. [9] Porque Cristo murió y volvió a la vida para ser Señor de los vivos y de los muertos.
(C.I.C 953) La comunión de la caridad: En la comunión de los santos, “ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo” (Rm 14, 7). "Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte" (1Co 12, 26-27). "La caridad no busca su interés" (1Co 13, 5; 10, 24). El menor de nuestros actos hecho con caridad repercute en beneficio de todos, en esta solidaridad entre todos los hombres, vivos o muertos, que se funda en la comunión de los santos. Todo pecado daña a esta comunión.
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