miércoles, 27 de febrero de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 451.
(Respuesta YouCat) Las obras de
misericordia espirituales son: enseñar a quien no sabe, dar consejo al que lo
necesita, consolar al afligido, corregir al pecador, perdonar al ofensor,
sufrir la injusticia con paciencia, rezar por vivos y difuntos.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2447) Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales
socorremos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf.
Is 58, 6-7; Hb 13, 3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras
espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con
paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar
de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo,
visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf. Mt
25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf. Tb 4, 5-11; Si
17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es
también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf. Mt 6, 2-4): “El que
tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer
que haga lo mismo” (Lc 3, 11). “Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así
todas las cosas serán puras para vosotros” (Lc 11, 41). “Si un hermano o una
hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les
dice: ‘Id en paz, calentaos o hartaos’, pero no les dais lo necesario para el
cuerpo, ¿de qué sirve?” (St 2, 15-16; cf Jn 3, 17).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C
1969) La Ley nueva practica los actos de
la religión: la limosna, la oración y el ayuno, ordenándolos al ‘Padre […]
que ve en lo secreto’, por oposición al deseo ‘de ser visto por los hombres’
(Cf. Mt 6, 1-6; 16-18). Su oración es el Padre Nuestro (Mt 6, 9-13). (C.I.C
1970) La Ley evangélica entraña la elección decisiva entre ‘los dos caminos’
(Cf. Mt 7, 13-14) y la práctica de las palabras del Señor (Cf. Mt 7, 21-27);
está resumida en la regla de oro:
‘Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros;
porque ésta es la Ley y los profetas’ (Mt 7, 12; Cf. Lc 6, 31). Toda la Ley
evangélica está contenida en el ‘mandamiento
nuevo’ de Jesús (Jn 13, 34): amarnos los unos a los otros como El nos ha
amado (Cf. Jn 15, 12).
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