viernes, 22 de febrero de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 448.
(Respuesta YouCat – repeticion) Dios nos ha confiado una
tierra que podría ofrecer suficiente alimento y espacio para vivir a todos los
hombres. Sin embargo hay regiones enteras, países y continentes, en los que
muchas personas apenas tienen lo necesario para poder vivir. Esta división del
mundo tiene razones históricas complejas, pero no es irreversible. Los países
ricos tienen la obligación moral de ayudar, mediante la ayuda al desarrollo y
la creación de condiciones económicas y comerciales justas, a que los países
subdesarrollados salgan de la pobreza.
Reflecciones y
puntos a profundizar
(Comentario CIC) (CIC 2439) Las naciones ricas tienen
una responsabilidad moral grave respecto a las que no pueden por sí mismas
asegurar los medios de su desarrollo, o han sido impedidas de realizarlo por
trágicos acontecimientos históricos. Es un deber de solidaridad y de caridad;
es también una obligación de justicia si el bienestar de las naciones ricas
procede de recursos que no han sido pagados con justicia.
Para meditar
(Comentario YouCat) En
nuestro mundo viven 1.400 millones de personas que tienen que arreglarse
diariamente con menos de 1 euro. Carecen de alimento y a menudo también de agua
potable limpia, con frecuencia no tienen acceso a la educación y a la
asistencia médica. Se calcula que diariamente mueren más de 25.000 personas a
causa de la desnutrición. Muchas de ellas son niños.
(Comentario CIC) (CIC 2425) La Iglesia ha rechazado las
ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al
“comunismo” o “socialismo”. Por otra parte, ha rechazado en la práctica del
“capitalismo” el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado
sobre el trabajo humano (cf Centesimus
annus, 10. 13. 44). La regulación de la economía por la sola planificación
centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación
únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque “existen
numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado” (Centesimus annus, 34). Es preciso
promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas,
según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario