jueves, 31 de marzo de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 17. Parte II.
(Respuesta YouCat – repeticion) En el
Antiguo Testamento Dios se muestra como Creador y como quien conserva el mundo
y es guía y educador de los hombres. También los libros del Antiguo Testamento
son Palabra de Dios y Sagrada Escritura. Sin el Antiguo Testamento no se puede
comprender a Jesús.
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 123) Los cristianos veneran el Antiguo Testamento como verdadera
Palabra de Dios. La Iglesia ha rechazado siempre vigorosamente la idea de
prescindir del Antiguo Testamento so pretexto de que el Nuevo lo habría hecho
caduco (marcionismo). (C.I.C 121) El Antiguo Testamento es una parte de la
Sagrada Escritura de la que no se puede prescindir. Sus libros son libros
divinamente inspirados y conservan un valor permanente (Dei verbum, 14),
porque la Antigua Alianza no ha sido revocada.
Para meditar
(Comentario YouCat) En el Antiguo Testamento
comienza la gran historia del aprendizaje de la fe, que da un giro decisivo en
el Nuevo Testamento y que llegará a su meta con el fin del mundo y el retorno
de Cristo. Y en esto el Antiguo Testamento es mucho más que un mero preludio
del Nuevo. Los mandamientos y las profecías del pueblo de la antigua alianza y
las promesas que se contienen en ellas para todos los hombres, no han sido
revocados. En los libros de la antigua alianza se encuentra un tesoro
insustituible de oración y de sabiduría; especialmente los salmos pertenecen a
la oración cotidiana de la Iglesia.
(Comentario CIC) (C.I.C 130) La tipología significa un dinamismo que se orienta al
cumplimiento del plan divino cuando "Dios sea todo en todos" (1 Cor
15,28). Así la vocación de los patriarcas y el Exodo de Egipto, por ejemplo, no
pierden su valor propio en el plan de Dios por el hecho de que son al mismo
tiempo etapas intermedias. (C.I.C 141)
"La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con
el Cuerpo de Cristo" (Dei verbum, 21): aquellas y éste alimentan y
rigen toda la vida cristiana. "Para mis pies antorcha es tu palabra, luz
para mi sendero" (Sal 119,105; Is 50,4). (C.I.C 129) Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento
a la luz de Cristo muerto y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el
contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el
Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro Señor
mismo reafirmó (cf. Mc 12,29-31). Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser
leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá
constantemente a él (cf. 1Cor 5,6-8; 10,1-11). Según un viejo adagio, el Nuevo
Testamento está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto
en el Nuevo: Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet (San Agustín, Quaestiones
in Heptateucum, 2,73: PL 34, 623; cf. Dei verbum, 16). [Fin]
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