jueves, 17 de diciembre de 2015
571. ¿Qué es la oración contemplativa? (Primera parte)
(Compendio
571) La oración contemplativa es una mirada sencilla a Dios en el silencio y el
amor. Es un don de Dios, un momento de fe pura, durante el cual el que ora
busca a Cristo, se entrega a la voluntad amorosa del Padre y recoge su ser bajo
la acción del Espíritu. Santa Teresa de Jesús la define como una íntima
relación de amistad: «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos
que nos ama».
Resumen
(C.I.C 2721) La
tradición cristiana contiene tres importantes expresiones de la vida de
oración: la oración vocal, la meditación y la oración contemplativa. Las tres
tienen en común el recogimiento del corazón. (C.I.C 2724) La oración
contemplativa es la expresión sencilla del misterio de la oración. Es una
mirada de fe, fijada en Jesús, una escucha de la Palabra de Dios, un silencioso
amor. Realiza la unión con la oración de Cristo en la medida en que nos hace
participar de su misterio.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2709) ¿Qué
es esta oración? Santa Teresa responde: "no es otra cosa oración mental, a
mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con
quien sabemos nos ama" (Santa Teresa de Jesús, Libro de la vida, 8). La contemplación busca al "amado de mi
alma" (Ct 1, 7; cf. Ct 3, 1-4). Esto es, a Jesús y en Él, al Padre. Es
buscado porque desearlo es siempre el comienzo del amor, y es buscado en la fe
pura, esta fe que nos hace nacer de Él y vivir en Él. En la contemplación se
puede también meditar, pero la mirada está centrada en el Señor. (C.I.C 2710)
La elección del tiempo y de la duración
de la oración contemplativa depende de una voluntad decidida reveladora de
los secretos del corazón. No se hace contemplación cuando se tiene tiempo sino
que se toma el tiempo de estar con el Señor con la firme decisión de no dejarlo
y volverlo a tomar, cualesquiera que sean las pruebas y la sequedad del
encuentro. No se puede meditar en todo momento, pero sí se puede entrar siempre
en contemplación, independientemente de las condiciones de salud, trabajo o
afectividad. El corazón es el lugar de la búsqueda y del encuentro, en la
pobreza y en la fe.
Para la reflexión
(C.I.C 2711) La entrada en la oración contemplativa es
análoga a la de la Liturgia eucarística: "recoger" el corazón,
recoger todo nuestro ser bajo la moción del Espíritu Santo, habitar la morada
del Señor que somos nosotros mismos, despertar la fe para entrar en la
presencia de Aquél que nos espera, hacer que caigan nuestras máscaras y volver
nuestro corazón hacia el Señor que nos ama para ponernos en sus manos como una
ofrenda que hay que purificar y transformar. (Continua)
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