lunes, 7 de diciembre de 2015
564. ¿De qué modo los santos son maestros de la oración?
(Compendio
564) Los santos son para los cristianos modelos de oración, y a ellos les
pedimos también que intercedan, ante la Santísima Trinidad, por nosotros y por
el mundo entero; su intercesión es el más alto servicio que prestan al designio
de Dios. En la comunión de los santos, a lo largo de la historia de la Iglesia,
se han desarrollado diversos tipos de espiritualidad, que enseñan a vivir y a
practicar la oración.
Resumen
(C.I.C 2692) En
su oración, la Iglesia peregrina se asocia con la de los santos cuya
intercesión solicita. (C.I.C 2693) Las diferentes espiritualidades cristianas
participan en la tradición viva de la oración y son guías preciosos para la
vida espiritual.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2683) Los
testigos que nos han precedido en el Reino (cf. Hb 12, 1), especialmente los
que la Iglesia reconoce como "santos", participan en la tradición
viva de la oración, por el testimonio de su vida, por la transmisión de sus
escritos y por su oración hoy. Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de
cuidar de aquellos que han quedado en la tierra. Al entrar "en la
alegría" de su Señor, han sido "constituidos sobre lo mucho"
(cf. Mt 25, 21). Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios.
Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo
entero.
Para la reflexión
(C.I.C 2684) En
la comunión de los santos, se han desarrollado diversas espiritualidades a lo largo de la historia de la Iglesia. El
carisma personal de un testigo del amor de Dios hacia los hombres, puede
transmitirse a fin de que sus discípulos participen de ese espíritu (cf. 2R 2,
9) como aconteció con el "espíritu" de Elías a Eliseo (cf. Lc 1, 17)
y a Juan Bautista (cf. Perfectae
caritatis, 2). En la confluencia de corrientes litúrgicas y teológicas se
encuentra también una espiritualidad que muestra cómo el espíritu de oración
incultura la fe en un ámbito humano y en su historia. Las diversas
espiritualidades cristianas participan en la tradición viva de la oración y son
guías indispensables para los fieles. En su rica diversidad, reflejan la pura y
única Luz del Espíritu Santo. "El Espíritu es verdaderamente el lugar de
los santos, y el santo es para el Espíritu un lugar propio, ya que se ofrece a
habitar con Dios y es llamado templo suyo" (San Basilio, Liber de Spiritu Sancto, 26, 62: PG 32,
184).
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