domingo, 6 de diciembre de 2015
563. ¿Cómo reza la Iglesia a María? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 563
- repetición) La Iglesia reza a María, ante todo, con el Ave
María, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de la Virgen. Otras
oraciones marianas son el Rosario, el himno Acáthistos, la Paraclisis, los
himnos y cánticos de las diversas tradiciones cristianas.
Resumen
(C.I.C 2682) En
virtud de su cooperación singular con la acción del Espíritu Santo, la Iglesia
ora también en comunión con la Virgen María para ensalzar con ella las
maravillas que Dios ha realizado en ella y para confiarle súplicas y alabanzas.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2677)
"Santa María, Madre de Dios, ruega
por nosotros..." Con Isabel, nos maravillamos y decimos: "¿De
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?" (Lc 1, 43). Porque nos da
a Jesús su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra; podemos confiarle
todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como ella oró
por sí misma: "Hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38).
Confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios:
"Hágase tu voluntad". "Ruega
por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte".
Pidiendo a María que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos
dirigimos a la "Madre de la Misericordia", a la Toda Santa. Nos
ponemos en sus manos "ahora", en el hoy de nuestras vidas. Y nuestra
confianza se ensancha para entregarle desde ahora, "la hora de nuestra
muerte". Que esté presente en esa hora, como estuvo en la muerte en Cruz
de su Hijo y que en la hora de nuestro tránsito nos acoja como madre nuestra
(cf. Jn 19, 27) para conducirnos a su Hijo Jesús, al Paraíso.
Para la reflexión
(C.I.C 2678) La
piedad medieval de Occidente desarrolló la oración del Rosario, en sustitución
popular de la Oración de las Horas. En Oriente, la forma litánica del Acathistós y de la Paráclisis se ha conservado más cerca del oficio coral en las
Iglesias bizantinas, mientras que las tradiciones armenia, copta y siríaca han
preferido los himnos y los cánticos populares a la Madre de Dios. Pero en el
Ave María, los theotokía, los himnos
de San Efrén o de San Gregorio de Narek, la tradición de la oración es
fundamentalmente la misma. [Fin]
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