lunes, 23 de febrero de 2015
380. ¿Qué es la prudencia?
(Compendio 380) La prudencia dispone la razón a
discernir, en cada circunstancia, nuestro verdadero bien y a elegir los medios
adecuados para realizarlo. Es guía de las demás virtudes, indicándoles su regla
y medida.
Resumen
(C.I.C 1835) La prudencia dispone
la razón práctica para discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien
y elegir los medios justos para realizarlo.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1806) La prudencia es la virtud que dispone la
razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a
elegir los medios rectos para realizarlo. ‘El hombre cauto medita sus pasos’
(Pr 14, 15). ‘Sed sensatos y sobrios para daros a la oración’ (1Pe 4, 7). La
prudencia es la ‘regla recta de la acción’, escribe santo Tomás (Summa Theologiae, 2-2, q. a. 47, 2, sed
contra), siguiendo a Aristóteles. No se confunde ni con la timidez o el temor,
ni con la doblez o la disimulación. Es llamada auriga virtutum: conduce las otras virtudes indicándoles regla y
medida. Es la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El
hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta
virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y
superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos
evitar.
Para la reflexión
(C.I.C 1787) El hombre se ve a
veces enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la
decisión difícil. Pero debe buscar siempre lo que es justo y bueno y discernir la
voluntad de Dios expresada en la ley divina. (C.I.C 1788) Para esto, el hombre se esfuerza por interpretar los
datos de la experiencia y los signos de los tiempos gracias a la virtud de la
prudencia, los consejos de las personas entendidas y la ayuda del Espíritu
Santo y de sus dones.
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