martes, 17 de febrero de 2015
375. ¿Qué normas debe seguir siempre la conciencia?
(Compendio 375) Tres son las normas más generales que
debe seguir siempre la conciencia: 1) Nunca está permitido hacer el mal para
obtener un bien. 2) La llamada Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan
los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12). 3) La caridad
supone siempre el respeto del prójimo y de su conciencia, aunque esto no
significa aceptar como bueno lo que objetivamente es malo.
Resumen
(C.I.C 1800) El ser humano debe
obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia. (C.I.C 1802) La Palabra de Dios es una luz para nuestros pasos. Es
preciso que la asimilemos en la fe y en la oración, y la pongamos en práctica.
Así se forma la conciencia moral.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1789) En todos los casos
son aplicables algunas reglas: — Nunca está permitido hacer el mal para obtener
un bien. — La ‘regla de oro’: ‘Todo […] cuanto queráis que os hagan los
hombres, hacédselo también vosotros’ (Mt 7,12; cf. Lc 6, 31; Tb 4, 15). — La
caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo y hacia su conciencia:
‘Pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, pecáis contra
Cristo’ (1Co 8,12). ‘Lo bueno es [...] no hacer cosa que sea para tu hermano
ocasión de caída, tropiezo o debilidad’ (Rm 14, 21).
Para la reflexión
(C.I.C 1970) La Ley evangélica entraña la elección decisiva
entre ‘los dos caminos’ (Cf. Mt 7, 13-14) y la práctica de las palabras del
Señor (Cf. Mt 7, 21-27); está resumida en la regla de oro: ‘Todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros; porque ésta es la Ley y los profetas’ (Mt 7, 12; Cf.
Lc 6, 31). Toda la Ley evangélica está contenida en el ‘mandamiento nuevo’ de Jesús (Jn 13, 34): amarnos los unos a los
otros como El nos ha amado (Cf. Jn 15, 12). (C.I.C 1971) Al Sermón del monte
conviene añadir la catequesis moral de
las enseñanzas apostólicas, como Rm 12-15; 1Co 12-13; Col 3-4; Ef 4-5, etc.
Esta doctrina transmite la enseñanza del Señor con la autoridad de los Apóstoles,
especialmente exponiendo las virtudes que se derivan de la fe en Cristo y que
anima la caridad, el principal don del Espíritu Santo. ‘Vuestra caridad sea sin
fingimiento […] amándoos cordialmente los unos a los otros [...] con la alegría
de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración;
compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad’ (Rm
12, 9-13). Esta catequesis nos enseña también a tratar los casos de conciencia
a la luz de nuestra relación con Cristo y con la Iglesia (Cf. Rm 14; 1Co 5,
10).
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