miércoles, 18 de febrero de 2015
376. ¿Puede la conciencia moral emitir juicios erróneos? (Primera parte)
(Compendio 376) La persona debe obedecer siempre al
juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin embargo, puede también
emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad
personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia
involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto,
esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
Resumen
(C.I.C 1801) La conciencia moral
puede permanecer en la ignorancia o formar juicios erróneos. Estas ignorancias
y estos errores no están siempre exentos de culpabilidad.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1790) La persona humana
debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia. Si obrase
deliberadamente contra este último, se condenaría a sí mismo. Pero sucede que
la conciencia moral puede estar afectada por la ignorancia y puede formar
juicios erróneos sobre actos proyectados o ya cometidos. (C.I.C 1791) Esta ignorancia puede con frecuencia ser imputada a
la responsabilidad personal. Así sucede ‘cuando el hombre no se preocupa de
buscar la verdad y el bien y, poco a poco, por el hábito del pecado, la
conciencia se queda casi ciega’ (Gaudium
et spes, 16). En estos casos, la persona es culpable del mal que
comete.
Para la reflexión
(C.I.C 1792) El desconocimiento de
Cristo y de su Evangelio, los malos ejemplos recibidos de otros, la servidumbre
de las pasiones, la pretensión de una mal entendida autonomía de la conciencia,
el rechazo de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza, la falta de
conversión y de caridad pueden conducir a desviaciones del juicio en la
conducta moral. (C.I.C 133) La Iglesia
"recomienda de modo speciale e insistentemente a todos los fieles [...] la
lectura asidua de las divinas Escrituras para que adquieran 'la ciencia suprema
de Jesucristo' (Flp 3,8), 'pues desconocer la Escritura es desconocer a
Cristo' (Dei verbum, 25; cf. San Jerónimo, Commentarii in Isaiam, Prologo: PL 24, 17). (Continua)
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