lunes, 1 de abril de 2013

Sal 146, 3-4 No confíen en los poderosos, en simples mortales



(Sal  146, 3-4) No confíen en los poderosos, en simples mortales


3 No confíen en los poderosos, en simples mortales, que no pueden salvar: 4 cuando expiran, vuelven al polvo, y entonces se esfuman sus proyectos.
(C.I.C 150) La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. En cuanto adhesión personal a Dios y asentimiento a la verdad que él ha revelado, la fe cristiana difiere de la fe en una persona humana. Es justo y bueno confiarse totalmente a Dios y creer absolutamente lo que él dice. Sería vano y errado poner una fe semejante en una criatura (cf. Jr 17,5-6; Sal 40,5; 146,3-4).

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