miércoles, 6 de febrero de 2013
Sal 51, 11-12 Crea en mí, Dios mío, un corazón puro
11 Aparta tu vista de mis pecados y borra todas mis
culpas. 12 Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi
espíritu.
(C.I.C 298) Puesto que Dios puede crear de la nada, puede
por el Espíritu Santo dar la vida del alma a los pecadores creando en ellos un
corazón puro (cf. Sal 51,12), y la vida del cuerpo a los difuntos mediante la
Resurrección. Él "da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son
para que sean" (Rom 4,17). Y puesto que, por su Palabra, pudo hacer
resplandecer la luz en las tinieblas (cf. Gn 1,3), puede también dar la luz de
la fe a los que lo ignoran (cf. 2Co 4,6)
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