lunes, 4 de febrero de 2013
Sal 50, 3 ya viene nuestro Dios
3 ya viene nuestro Dios, y no callará; un fuego
devorador lo precede, la tempestad ruge a su alrededor.
(C.I.C 1039) Frente a Cristo, que es la Verdad, será
puesta al desnudo definitivamente la verdad de la relación de cada hombre con
Dios (cf. Jn 12, 48). El Juicio final revelará hasta sus últimas consecuencias
lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida
terrena: “Todo el mal que hacen los malos se registra y ellos no lo saben. El
día en que "Dios no se callará" (Sal 50, 3) [...] Se volverá hacia
los malos: "Yo había colocado sobre la tierra, dirá El, a mis pobrecitos
para vosotros. Yo, su cabeza, gobernaba en el cielo a la derecha de mi Padre,
pero en la tierra mis miembros tenían hambre. Si hubierais dado a mis miembros
algo, eso habría subido hasta la cabeza. Cuando coloqué a mis pequeñuelos en la
tierra, los constituí comisionados vuestros para llevar vuestras buenas obras a
mi tesoro: como no habéis depositado nada en sus manos, no poseéis nada en
Mí" (San Agustín, Sermo 18, 4,
4: PL 38, 130-131).
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