jueves, 28 de febrero de 2013

Sal 104, 27 Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo



(Sal  104, 27) Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo

27 Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo:
(C.I.C 2830) "Nuestro pan". El Padre que nos da la vida no puede dejar de darnos el alimento necesario para ella, todos los bienes convenientes, materiales y espirituales. En el Sermón de la montaña, Jesús insiste en esta confianza filial que coopera con la Providencia de nuestro Padre (cf. Mt 6, 25-34). No nos impone ninguna pasividad (cf. 2Ts 3, 6-13) sino que quiere librarnos de toda inquietud agobiante y de toda preocupación. Así es el abandono filial de los hijos de Dios: “A los que buscan el Reino y la justicia de Dios, él les promete darles todo por añadidura. Todo en efecto pertenece a Dios: al que posee a Dios, nada le falta, si él mismo no falta a Dios”. (San Cipriano, De domimica oratiome, 21: Pl 4, 551).

miércoles, 27 de febrero de 2013

Sal 104, 24 Todo lo hiciste con sabiduría



(Sal  104, 24) Todo lo hiciste con sabiduría  

24 ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas!
(C.I.C 295) Creemos que Dios creó el mundo según su sabiduría (cf. Sb 9,9). Este no es producto de una necesidad cualquiera, de un destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad: "Porque tú has creado todas las cosas; por tu voluntad lo que no existía fue creado" (Ap 4,11). "¡Cuán numerosas son tus obras, Señor! Todas las has hecho con sabiduría" (Sal 104,24 "Bueno es el Señor para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras" (Sal 145,9).     

martes, 26 de febrero de 2013

Sal 104, 15 el vino que alegra el corazón del hombre



(Sal  104, 15) el vino que alegra el corazón del hombre

15 y el vino que alegra el corazón del hombre, para que él haga brillar su rostro con el aceite y el pan reconforte su corazón.
(C.I.C 1334) En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Pero reciben también una nueva significación en el contexto del Exodo: los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios (Dt 8,3). Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" (1Co 10,16), al final del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz. (C.I.C 1293) En el rito de este sacramento conviene considerar el signo de la unción y lo que la unción designa e imprime: el sello espiritual. La unción, en el simbolismo bíblico y antiguo, posee numerosas significaciones: el aceite es signo de abundancia (cf. Dt 11,14, etc.) y de alegría (cf. Sal 23,5; 104,15); purifica (unción antes y después del baño) y da agilidad (la unción de los atletas y de los luchadores); es signo de curación, pues suaviza las contusiones y las heridas (cf. Is 1,6; Lc 10,34) y el ungido irradia belleza, santidad y fuerza.    

lunes, 25 de febrero de 2013

Sal 104, 13-14 la tierra se sacia con el fruto de tus obras



(Sal  104, 13-14) la tierra se sacia con el fruto de tus obras

13 Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. 14 Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva, para sacar de la tierra el pan.
(C.I.C 288) Así, la revelación de la creación es inseparable de la revelación y de la realización de la Alianza del Dios único, con su Pueblo. La creación es revelada como el primer paso hacia esta Alianza, como el primero y universal testimonio del amor todopoderoso de Dios (cf. Gn 15,5; Jr 33,19-26). Por eso, la verdad de la creación se expresa con un vigor creciente en el mensaje de los profetas (cf. Is 44,24), en la oración de los salmos (cf. Sal 104) y de la liturgia, en la reflexión de la sabiduría (cf. Pr 8,22-31) del pueblo elegido.

domingo, 24 de febrero de 2013

Sal 103, 20 Bendigan al Señor, todos sus ángeles



(Sal  103, 20) Bendigan al Señor, todos sus ángeles

20 ¡Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra!
(C.I.C 329) San Agustín dice respecto a ellos: Angelus officii nomen est, non naturae. Quaeris numen huius naturae, spiritus est; quaeris officium, ángelus est: ex eo quad est, spiritus est, ex eo quod agit, ángelus ("El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel") (San Agustín, Enarratio in  Psalmum 103, 1, 15: PL 37, 1348-1349). Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan "constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt 18, 10), son "agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra" (Sal 103, 20).

sábado, 23 de febrero de 2013

Sal 102, 27-28 ellos se acaban, y tú permaneces



(Sal  102, 27-28) ellos se acaban, y tú permaneces

27 ellos se acaban, y tú permaneces: se desgastan lo mismo que la ropa, los cambias como a un vestido, y ellos pasan. 28 Tú, en cambio, eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin. 
(C.I.C 212) En el transcurso de los siglos, la fe de Israel pudo desarrollar y profundizar las riquezas contenidas en la revelación del Nombre divino. Dios es único; fuera de Él no hay dioses (cf. Is 44,6). Dios transciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho el cielo y la tierra: "Ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan [...] pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años" (Sal 102,27-28). En Él "no hay cambios ni sombras de rotaciones" (St 1,17). Él es " Él que es", desde siempre y para siempre y por eso permanece siempre fiel a sí mismo y a sus promesas.