lunes, 20 de agosto de 2012
Ex 34,6 El Señor es un Dios compasivo y bondadoso
Éxodo 34
(pàginas selectas)
6 El Señor pasó
delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para
enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
(C.I.C
214) Dios, "El que es", se reveló a Israel como el que es "rico
en amor y fidelidad" (Ex 34,6). Estos dos términos expresan de forma
condensada las riquezas del Nombre divino. En todas sus obras, Dios muestra su
benevolencia, su bondad, su gracia, su amor; pero también su fiabilidad, su constancia,
su fidelidad, su verdad. "Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu
verdad" (Sal 138,2; cf. Sal 85,11). Él es la Verdad, porque "Dios es
Luz, en él no hay tiniebla alguna" (1Jn 1,5); él es "Amor", como
lo enseña el apóstol Juan (1Jn 4,8). (C.I.C 2577) De esta intimidad con el Dios
fiel, lento a la ira y rico en amor (cf. Ex 34, 6), Moisés ha sacado la fuerza
y la tenacidad de su intercesión. No pide por él, sino por el pueblo que Dios
ha adquirido. Moisés intercede ya durante el combate con los amalecitas (cf. Ex
17, 8-13) o para obtener la curación de María (cf. Nm 12, 13-14). Pero es sobre
todo después de la apostasía del pueblo cuando "se mantiene en la
brecha" ante Dios (Sal 106, 23) para salvar al pueblo (cf. Ex 32, 1-34,
9). Los argumentos de su oración (la intercesión es también un combate
misterioso) inspirarán la audacia de los grandes orantes tanto del pueblo judío
como de la Iglesia. Dios es amor, por tanto es justo y fiel; no puede
contradecirse, debe acordarse de sus acciones maravillosas, su Gloria está en
juego, no puede abandonar al pueblo que lleva su Nombre.
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