jueves, 2 de agosto de 2012
Ex 23,12 El séptimo día deberás descansar
12 Durante seis
días harás tus trabajos, pero el séptimo deberás descansar, a fin de que
reposen tu buey y tu asno, y el hijo de tu esclava y el extranjero tengan un
respiro;
(C.I.C
2172) La acción de Dios es el modelo de la acción humana. Si Dios ‘tomó
respiro’ el día séptimo (Ex 31, 17), también el hombre debe ‘descansar’ y hacer
que los demás, sobre todo los pobres, ‘recobren aliento’ (Cf. Ex 23, 12). El
sábado interrumpe los trabajos cotidianos y concede un respiro. Es un día de
protesta contra las servidumbres del trabajo y el culto al dinero (Cf. Ne 13,
15-22; 2Cro 36, 21). (C.I.C 2175) El domingo se distingue expresamente del
sábado, al que sucede cronológicamente cada semana, y cuya prescripción
litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de
Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del
hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo
que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1Co
10, 11): “Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva
esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra
vida es bendecida por Él y por su muerte”. (San Ignacio de Antioquía, Epistula
ad Magnesios, 9, 1).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario