martes, 23 de abril de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 477.
(Respuesta YouCat – repeticion) Aprender de
Jesús a orar es entrar en su confianza sin límites, unirse a su oración y ser
conducido por él, paso a paso, hacia el Padre.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2610) Del mismo modo que Jesús ora
al Padre y le da gracias antes de recibir sus dones, nos enseña esta audacia filial: "todo cuanto pidáis
en la oración, creed que ya lo habéis recibido" (Mc 11, 24). Tal es la
fuerza de la oración, "todo es posible para quien cree" (Mc 9, 23),
con una fe "que no duda" (Mt 21, 21). Tanto como Jesús se entristece
por la "falta de fe" de los de Nazaret (Mc 6, 6) y la "poca
fe" de sus discípulos (cf. Mt 8, 26), así se admira ante la "gran
fe" del centurión romano (cf. Mt 8, 10) y de la cananea (cf. Mt 15,
28).
Para meditar
(Comentario
YouCat) Los discípulos, que vivían en comunión con Jesús, aprendieron a orar
escuchando e imitando a Jesús, cuya vida era toda ella oración. Tal como él,
ellos tenían que estar vigilantes, luchar por tener un corazón puro, dar todo
para que llegue el reino de Dios, perdonar a sus enemigos, confiar en Dios
hasta la osadía y poner por encima de todo el amor a Dios. En este ejemplo de
entrega, Jesús invitó a sus discípulos a llamar al Dios omnipotente «Abbá,
papá». Si oramos en el espíritu de Jesús, especialmente el Padrenuestro,
seguimos los pasos de Jesús y podemos estar seguros de que llegamos
infaliblemente al corazón del Padre.
(Comentario CIC) (C.I.C
2611) La oración de fe no consiste solamente en decir "Señor, Señor",
sino en disponer el corazón para hacer la voluntad
del Padre (cf. Mt 7, 21). Jesús invita a sus discípulos a llevar a la
oración esta voluntad de cooperar con el plan divino (cf. Mt 9, 38; Lc 10, 2;
Jn 4, 34).
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