martes, 16 de abril de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 475.
(Respuesta YouCat – repeticion) La vida de Jesús era toda ella una oración. En
los momentos decisivos (las tentaciones en el desierto, la elección de los apóstoles,
la muerte en la Cruz) su oración fue especialmente intensa. A menudo se
retiraba en soledad para orar, especialmente por la noche. Ser uno con el Padre
en el Espíritu Santo: ése fue el hilo conductor de su vida terrena.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2601) "Estando Jesús orando en
cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: `Maestro,
enséñanos a orar'" (Lc 11, 1). ¿No es acaso, al contemplar a su Maestro en
oración, cuando el discípulo de Cristo desea orar? Entonces, puede aprender del
Maestro de la oración. Contemplando y
escuchando al Hijo, los hijos aprenden a orar al Padre.
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C
2602) Jesús se retira con frecuencia a un lugar apartado, en la soledad, en la montaña, con preferencia
durante la noche, para orar (cf. Mc 1, 35; 6, 46; Lc 5, 16). Lleva a los hombres en su oración, ya
que también asume la humanidad en su Encarnación, y los ofrece al Padre,
ofreciéndose a sí mismo. El, el Verbo que ha "asumido la carne",
comparte en su oración humana todo lo que viven "sus hermanos" (Hb 2,
12); comparte sus debilidades para librarlos de ellas (cf. Hb 2, 15; 4, 15).
Para eso le ha enviado el Padre. Sus palabras y sus obras aparecen entonces
como la manifestación visible de su oración "en lo secreto".
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