sábado, 30 de noviembre de 2013
37. ¿Por qué profesamos un solo Dios?
(Compendio 37) Profesamos un solo Dios porque Él se ha
revelado al pueblo de Israel como el Único, cuando dice: «escucha Israel, el
Señor nuestro Dios es el Único Señor» (Dt 6, 4), «no existe ningún otro» (Is
45, 22). Jesús mismo lo ha confirmado: Dios «es el único Señor» (Mc 12, 29).
Profesar que Jesús y el Espíritu Santo son también Dios y Señor no introduce
división alguna en el Dios Único.
Resumen
(C.I.C 228) "Escucha, Israel,
el Señor nuestro Dios es el Unico Señor..." (Dt 6, 4; Mc 12, 29). "Es
absolutamente necesario que el Ser supremo sea único, es decir, sin igual [...]
Si Dios no es único, no es Dios" (Tertuliano, Adversus Marcionem 1, 3, 5:
PL 2, 274).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 200) Con estas palabras
comienza el Símbolo Niceno-Constantinopolitano. La confesión de la unicidad de
Dios, que tiene su raíz en la Revelación Divina en la Antigua Alianza, es
inseparable de la confesión de la existencia de Dios y asimismo también
fundamental. Dios es Unico: no hay más que un solo Dios: "La fe cristiana
confiesa que hay un solo Dios […] por naturaleza, por substancia y por
esencia" (Catecismo Romano, 1, 2,
8). (C.I.C 201) A Israel, su elegido, Dios se
reveló como el Único: "Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único
Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu fuerza" (Dt 6,4-5). Por los profetas, Dios llama a Israel y a todas las
naciones a volverse a él, el Único: "Volveos a mí y seréis salvados,
confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro [...] ante
mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará diciendo: ¡Sólo en Dios hay
victoria y fuerza!" (Is 45,22-24; cf. Flp 2,10-11).
Para la reflexión
(C.I.C 202) Jesús mismo confirma
que Dios es "el único Señor" y que es preciso amarle con todo el
corazón, con toda el alma, con todo el espíritu y todas las fuerzas (cf. Mc
12,29-30). Deja al mismo tiempo entender que El mismo es "el Señor"
(cf. Mc 12,35-37). Confesar que "Jesús es Señor" es lo propio de la
fe cristiana. Esto no es contrario a la fe en el Dios Unico. Creer en el
Espíritu Santo, "que es Señor y dador de vida", no introduce ninguna
división en el Dios único: “Creemos firmemente y confesamos que hay un solo
verdadero Dios, inmenso e inmutable, incomprensible, todopoderoso eterno e
inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: Tres Personas, pero una sola esencia,
substancia o naturaleza absolutamente simple (IV Concilio de Letrán: DS 800).
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