sábado, 23 de noviembre de 2013

30. ¿Por qué la fe es un acto personal y al mismo tiempo eclesial?



30. ¿Por qué la fe es un acto personal y al mismo tiempo eclesial?       

(Compendio 30) La fe es un acto personal en cuanto es respuesta libre del hombre a Dios que se revela. Pero, al mismo tiempo, es un acto eclesial, que se manifiesta en la expresión «creemos», porque, efectivamente, es la Iglesia quien cree, de tal modo que Ella, con la gracia del Espíritu Santo, precede, engendra y alimenta la fe de cada uno: por esto la Iglesia es Madre y Maestra. «Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre» (San Cipriano)
Resumen
(C.I.C 181) "Creer" es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. La Iglesia es la madre de todos los creyentes. "Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre" (San Cipriano de Cartago, De Ecclesiae catholicae unitate, 6: PL 4, 519).      
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 16) La tercera parte del catecismo presenta el fin último del hombre, creado a imagen de Dios: la bienaventuranza, y los caminos para llegar a ella: mediante un obrar recto y libre, con la ayuda de la ley y de la gracia de Dios (primera sección); mediante un obrar que realiza el doblemandamiento de la caridad, desarrollado en los diez Mandamientos de Dios (segunda sección). (C.I.C 167) "Creo" (Símbolo Apóstolico: DS 30): Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente en su bautismo. "Creemos" (Símbolo Niceno-Constantinopolitano: DS 150, en el original griego): Es la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidos en Concilio o, más generalmente, por la asamblea litúrgica de los creyentes. "Creo", es también la Iglesia, nuestra Madre, que responde a Dios por su fe y que nos enseña a decir: "creo", "creemos".     
Para la reflexión
(C.I.C 168) La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, confiesa al Señor (Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, cantamos en el himno Te Deum), y con ella y en ella somos impulsados y llevados a confesar también : "Creo", "creemos". Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en Cristo por el bautismo. En el Ritual Romano, el ministro del bautismo pregunta al catecúmeno: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?" Y la respuesta es: "La fe". "¿Qué te da la fe?" "La vida eterna" (Ritual de la iniciación cristiana de adultos, 75). (C.I.C 169) La salvación viene sólo de Dios; pero puesto que recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre: "Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo nacimiento, y no en la Iglesia como si ella fuese el autor de nuestra salvación" (Fausto de Riez, De Spiritu Sancto, 1, 2: PL 62, 11). Porque es nuestra madre, es también la educadora de nuestra fe.      

(Siguiente pregunta: ¿Por qué son importantes las fórmulas de la fe?)

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