miércoles, 28 de abril de 2010

Ef 5, 18 No abusen del vino, llénense del Espíritu Santo

(Ef 5, 18) No abusen del vino, llénense del Espíritu Santo

[18] No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien, llénense del Espíritu Santo.

(C.I.C 2290) La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de excesos, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas. Quienes en estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gravemente culpables. (C.I.C 2291) El uso de la droga inflige muy graves daños a la salud y a la vida humana. Fuera de los casos en que se recurre a ello por prescripciones estrictamente terapéuticas, es una falta grave. La producción clandestina y el tráfico de drogas son prácticas escandalosas; constituyen una cooperación directa, porque incitan a ellas, a prácticas gravemente contrarias a la ley moral. (C.I.C 2211) La comunidad política tiene el deber de honrar a la familia, asistirla y asegurarle especialmente: — la libertad de fundar un hogar, de tener hijos y de educarlos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas; — la protección de la estabilidad del vínculo conyugal y de la institución familiar; — la libertad de profesar su fe, transmitirla, educar a sus hijos en ella, con los medios y las instituciones necesarios; — el derecho a la propiedad privada, a la libertad de iniciativa, a tener un trabajo, una vivienda, el derecho a emigrar; — conforme a las instituciones del país, el derecho a la atención médica, a la asistencia de las personas de edad, a los subsidios familiares; — la protección de la seguridad y la higiene, especialmente por lo que se refiere a peligros como la droga, la pornografía, el alcoholismo, etc.; — la libertad para formar asociaciones con otras familias y de estar así representadas ante las autoridades civiles (Cf. Familiaris consortio, 46).

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