martes, 13 de abril de 2010

Ef 4, 17-19 No procedan como los paganos

(Ef 4, 17-19) No procedan como los paganos

[17] Les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos [18] y tienen la mente oscurecida. Ellos están apartados de la Vida de Dios por su ignorancia y su obstinación, [19] y habiendo perdido el sentido moral, se han entregado al vicio, cometiendo desenfrenadamente toda clase de impurezas.

(C.I.C 2475) Los discípulos de Cristo se han ‘revestido del hombre nuevo, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad’ (Ef 4, 24). ‘Desechando la mentira’ (Ef 4, 25), deben ‘rechazar toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencias’ (1Pe 2, 1). (C.I.C 2518) La sexta bienaventuranza proclama: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8). Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad (cf. 1Tm 4, 3-9; 2Tm 2 ,22), la castidad o rectitud sexual (cf. 1Ts 4, 7; Col 3, 5; Ef 4, 19), el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe (cf. Tt 1, 15; 1Tm 3-4; 2Tm 2, 23-26). Existe un vínculo entre la pureza del corazón, la del cuerpo y de la fe: Los fieles deben creer los artículos del Símbolo ‘para que, creyendo, obedezcan a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y purificando su corazón, comprendan lo que creen’ (San Agustín, De fide et symbolo, 10, 25: PL 40, 196).

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