lunes, 27 de abril de 2009

Hch 19, 8-12 Dios realizaba milagros poco comunes

(Hch 19, 8-12) Dios realizaba milagros poco comunes
[8] Pablo fue luego a la sinagoga y durante tres meses predicó abiertamente, hablando sobre el Reino de Dios y tratando de persuadir a sus oyentes. [9] Pero como algunos se obstinaban y se negaban a creer, denigrando el Camino del Señor delante de la asamblea, Pablo rompió con ellos. Luego tomó aparte a sus discípulos y dialogaba diariamente en la escuela de Tirano. [10] Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los habitantes de la provincia de Asia, judíos y paganos, tuvieron ocasión de escuchar la Palabra del Señor. [11] Por intermedio de Pablo, Dios realizaba milagros poco comunes, [12] hasta tal punto que al aplicarse sobre los enfermos pañuelos o lienzos que habían tocado el cuerpo de Pablo, aquellos se curaban y quedaban libres de los malos espíritus.
(C.I.C 1508) El Espíritu Santo da a algunos un carisma especial de curación (cf. 1Co 12,9. 28. 30) para manifestar la fuerza de la gracia del Resucitado. Sin embargo, ni siquiera las oraciones más fervorosas obtienen la curación de todas las enfermedades. Así San Pablo aprende del Señor que "mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza" (2Co 12,9), y que los sufrimientos que tengo que padecer, tienen como sentido lo siguiente: "Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1,24). (C.I.C 799) Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente, una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo. (C.I.C 550) La venida del Reino de Dios es la derrota del reino de Satanás (cf. Mt 12, 26): "Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios" (Mt 12, 28). Los exorcismos de Jesús liberan a los hombres del dominio de los demonios (cf. Lc 8, 26-39). Anticipan la gran victoria de Jesús sobre "el príncipe de este mundo" (cf. Jn 12, 31). Por la Cruz de Cristo será definitivamente establecido el Reino de Dios: "Regnavit a ligno Deus" ("Dios reinó desde el madero de la Cruz") (Venancio Fortunato, Hymnus "Vexilla Regis": PL 88, 96).

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