viernes, 24 de abril de 2009

Hch 18, 7-8 Creyó en el Señor junto con toda su familia

(Hch 18, 7-8) Creyó en el Señor junto con toda su familia
[7] Entonces, alejándose de allí, fue a lo de un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la sinagoga. [8] Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar.
(C.I.C 1252) La práctica de bautizar a los niños pequeños es una tradición inmemorial de la Iglesia. Está atestiguada explícitamente desde el siglo II. Sin embargo, es muy posible que, desde el comienzo de la predicación apostólica, cuando "casas" enteras recibieron el Bautismo (cf. Hch 16,15.33; 18,8; 1Co 1,16), se haya bautizado también a los niños (cf. Pastoralis actio, 4). (C.I.C 1655) Cristo quiso nacer y crecer en el seno de la Sagrada Familia de José y de María. La Iglesia no es otra cosa que la "familia de Dios". Desde sus orígenes, el núcleo de la Iglesia estaba a menudo constituido por los que, "con toda su casa", habían llegado a ser creyentes (Cf. Hch 18,8). Cuando se convertían deseaban también que se salvase "toda su casa" (Cf. Hch 16,31; 11,14). Estas familias convertidas eran islas de vida cristiana en un mundo no creyente.

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