domingo, 27 de mayo de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 315.


YOUCAT Pregunta n. 315. – Parte I. ¿Qué es en realidad un pecado?       


(Respuesta YouCat) Un pecado es una palabra, un acto o una intención, con la que un hombre atenta, consciente y voluntariamente, contra el verdadero orden de las cosas, previsto así por el amor de Dios.       

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1849) El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna” (San Agustín, Contra Faustum manichaeum, 22, 27: PL 42, 418; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, 71, 6).         

Para meditar      

(Comentario YouCat) Pecar significa más que infringir alguna de las normas acordadas por los hombres. El pecado se dirige libre y conscientemente contra el amor de Dios y lo ignora. El pecado es en definitiva «el amor de sí hasta el desprecio de Dios» (san Agustín), y en caso extremo la criatura pecadora dice: Quiero ser «como Dios» (Gen 3,5). Así como el pecado me carga con el peso de la culpa, me hiere y me destruye con sus consecuencias, igualmente envenena y afecta también a mi entorno. En la cercanía de Dios se hacen perceptibles el pecado y su gravedad. -> 67,224-239  

(Comentario CIC) (C.I.C 1850) El pecado es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Sal 50, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse ‘como dioses’, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). El pecado es así ‘amor de sí hasta el desprecio de Dios’ (San Agustín, De civitate Dei, 14, 28: PL 41, 436). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación (Cf. Flp 2, 6-9).         
 
(Continua la Pregunta¿Qué es en realidad un pecado?)  

No hay comentarios: