miércoles, 9 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 301.
(Respuesta YouCat) Se llega a ser prudente
aprendiendo a distinguir lo esencial de lo accidental, a ponerse las metas
adecuadas y a elegir los mejores medios para alcanzarlas.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1806a) La prudencia es la virtud que dispone la
razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a
elegir los medios rectos para realizarlo. ‘El hombre cauto medita sus pasos’
(Pr 14, 15). ‘Sed sensatos y sobrios para daros a la oración’ (1Pe 4, 7). La
prudencia es la ‘regla recta de la acción’, escribe santo Tomás (Summa Theologiae, 2-2, q. a. 47, 2, sed
contra), siguiendo a Aristóteles. No se confunde ni con la timidez o el temor,
ni con la doblez o la disimulación. Es llamada auriga virtutum: conduce las otras virtudes indicándoles regla y
medida.
Para meditar
(Comentario YouCat) La virtud
de la prudencia regula todas las demás. Porque la prudencia es la capacidad de
reconocer lo justo. Quien quiera vivir bien, debe saber qué es el «bien» y
reconocer su valor. Como el comerciante en el Evangelio: «al encontrar una
perla de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). Sólo
el hombre que es prudente puede aplicar la justicia, la fortaleza y la
templanza para hacer el bien.
(Comentario CIC) (C.I.C 1806b) Es
la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El hombre
prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud
aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y superamos
las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar. (C.I.C
1835) La prudencia dispone la razón práctica para
discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien y elegir los medios
justos para realizarlo.
(Siguiente Pregunta: ¿Cómo se actúa justamente?)
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