domingo, 6 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 300.
(Respuesta
YouCat) Debemos cultivarnos a nosotros mismos para poder practicar el bien con
alegría y facilidad. A ello nos ayuda en primer término la fe en Dios, pero
también el hecho de vivir las virtudes; es decir, que con la ayuda de
Dios formemos en nosotros actitudes firmes, no nos entreguemos a ninguna pasión
desordenada y orientemos las potencias de la razón y de la voluntad cada vez
más inequívocamente hacia el bien.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1804) Las
virtudes humanas son actitudes
firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de
la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían
nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo
para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica
libremente el bien. Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas
humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen
todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino.
Para meditar
(Comentario YouCat) Las
principales virtudes son: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Se las
llama también «virtudes cardinales» (del lat. cardo = perno, gozne de la
puerta, o bien cardinalis = importante).
(Comentario CIC) (C.I.C 1805) Cuatro
virtudes desempeñan un papel fundamental. Por eso se las llama ‘cardinales’;
todas las demás se agrupan en torno a ellas. Estas son la prudencia, la
justicia, la fortaleza y la templanza. ‘¿Amas la justicia? Las virtudes son el
fruto de sus esfuerzos, pues ella enseña la templanza y la prudencia, la
justicia y la fortaleza’ (Sb 8, 7). Bajo otros nombres, estas virtudes son
alabadas en numerosos pasajes de la Escritura.
(Continua la Pregunta: ¿Por
qué debemos cultivarnos a nosotros mismos?)
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