jueves, 31 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 316.
(Respuesta YouCat – repeticion) El pecado
grave destruye en el corazón del hombre la fuerza divina del amor, sin la que
no puede existir la felicidad eterna. Por ello se llama pecado mortal. El
pecado grave aparta de Dios, mientras que los pecados veniales sólo enturbian
la relación con él.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1857) Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: ‘Es pecado mortal lo que
tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno
conocimiento y deliberado consentimiento’ (Reconciliatio
et paenitentia, 17). (C.I.C 1858) La materia
grave es precisada por los Diez mandamientos según la respuesta de Jesús al
joven rico: ‘No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes testimonio
falso, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre’ (Mc 10, 19). La gravedad
de los pecados es mayor o menor: un asesinato es más grave que un robo. La
cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida
contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño.
Para meditar
(Comentario YouCat) Un pecado
mortal corta la relación de un hombre con Dios. Tal pecado tiene como condición
previa que se refiera a una materia grave y que sea cometido con pleno
conocimiento y consentimiento deliberado. Son pecados veniales los referidos a
materias leves, o los pecados que se dan sin pleno conocimiento de su
trascendencia o sin consentimiento deliberado. Estos últimos pecados afectan a
la relación con Dios, pero no rompen con él.
(Comentario CIC) (C.I.C 1859) El pecado mortal requiere plena
conciencia y entero consentimiento. Presupone el conocimiento del carácter
pecaminoso del acto, de su oposición a la Ley de Dios. Implica también un
consentimiento suficientemente deliberado para ser una elección personal. La
ignorancia afectada y el endurecimiento del corazón (Cf. Mc 3, 5-6; Lc 16,
19-31) no disminuyen, sino aumentan, el carácter voluntario del pecado.
(Continua la Pregunta: ¿Cómo se pueden distinguir los pecados graves (pecados
mortales) de los menos graves (pecados veniales)?)
miércoles, 30 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 316.
YOUCAT Pregunta n. 316. – Parte II. ¿Cómo se pueden distinguir los pecados graves (pecados mortales) de los menos graves (pecados veniales)?
(Respuesta YouCat – repeticion) El pecado
grave destruye en el corazón del hombre la fuerza divina del amor, sin la que
no puede existir la felicidad eterna. Por ello se llama pecado mortal. El
pecado grave aparta de Dios, mientras que los pecados veniales sólo enturbian
la relación con él.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1854) Conviene
valorar los pecados según su gravedad. La distinción entre pecado mortal y
venial, perceptible ya en la Escritura (cf. 1Jn 5,16-17) se ha impuesto en la
tradición de la Iglesia. La experiencia de los hombres la corroboran. (C.I.C
1855) El pecado
mortal destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción
grave de la ley de Dios; aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su
bienaventuranza, prefiriendo un bien inferior. El pecado venial deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la
hiere.
Para meditar
(Comentario YouCat) Un pecado
mortal corta la relación de un hombre con Dios. Tal pecado tiene como condición
previa que se refiera a una materia grave y que sea cometido con pleno
conocimiento y consentimiento deliberado. Son pecados veniales los referidos a
materias leves, o los pecados que se dan sin pleno conocimiento de su trascendencia
o sin consentimiento deliberado. Estos últimos pecados afectan a la relación
con Dios, pero no rompen con él.
(Comentario CIC) (C.I.C 1856) El pecado mortal, que ataca en nosotros el principio vital que
es la caridad, necesita una nueva iniciativa de la misericordia de Dios y una
conversión del corazón que se realiza ordinariamente en el marco del sacramento
de la Reconciliación: “Cuando […] la voluntad se dirige a una cosa de suyo
contraria a la caridad por la que estamos ordenados al fin último, el pecado,
por su objeto mismo, tiene causa para ser mortal […] sea contra el amor de
Dios, como la blasfemia, el perjurio, etc., o contra el amor del prójimo, como
el homicidio, el adulterio, etc. [...] En cambio, cuando la voluntad del
pecador se dirige a veces a una cosa que contiene en sí un desorden, pero que
sin embargo no es contraria al amor de Dios y del prójimo, como una palabra
ociosa, una risa superflua, etc., tales pecados son veniales” (Santo Tomás de
Aquino, Summa theologiae, 1-2, 88, 2).
(Continua la Pregunta: ¿Cómo se pueden distinguir los pecados graves (pecados
mortales) de los menos graves (pecados veniales)?)
martes, 29 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 316.
YOUCAT Pregunta n. 316. – Parte I. ¿Cómo se pueden distinguir los pecados graves (pecados mortales) de los menos graves (pecados veniales)?
(Respuesta YouCat) El pecado grave destruye
en el corazón del hombre la fuerza divina del amor, sin la que no puede existir
la felicidad eterna. Por ello se llama pecado mortal. El pecado grave aparta de
Dios, mientras que los pecados veniales sólo enturbian la relación con él.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1852) La variedad de pecados es grande. La Escritura
contiene varias listas. La carta a los Gálatas opone las obras de la carne al
fruto del Espíritu: ‘Las obras de la carne son conocidas: fornicación,
impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras,
rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas
semejantes, sobre las cuales os prevengo como ya os previne, que quienes hacen
tales cosas no heredarán el Reino de Dios’ (Gal 5,19-21; cf. Rm 1, 28-32; 1Co
6, 9-10; Ef 5, 3-5; Col 3, 5-8; 1Tm 1, 9-10; 2Tm 3, 2-5).
Para meditar
(Comentario YouCat) Un pecado
mortal corta la relación de un hombre con Dios. Tal pecado tiene como condición
previa que se refiera a una materia grave y que sea cometido con pleno
conocimiento y consentimiento deliberado. Son pecados veniales los referidos a
materias leves, o los pecados que se dan sin pleno conocimiento de su
trascendencia o sin consentimiento deliberado. Estos últimos pecados afectan a
la relación con Dios, pero no rompen con él.
(Comentario CIC) (C.I.C 1853) Se
pueden distinguir los pecados según su objeto, como en todo acto humano, o
según las virtudes a las que se oponen, por exceso o por defecto, o según los
mandamientos que quebrantan. Se los puede agrupar también según que se refieran
a Dios, al prójimo o a sí mismo; se los puede dividir en pecados espirituales y
carnales, o también en pecados de pensamiento, palabra, acción u omisión. La
raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad, según la
enseñanza del Señor: “De dentro del corazón salen las intenciones malas,
asesinatos, adulterios, fornicaciones. robos, falsos testimonios, injurias.
Esto es lo que hace impuro al hombre” (Mt 15,19-20). En el corazón reside
también la caridad, principio de las obras buenas y puras, a la que hiere el
pecado.
(Continua la Pregunta: ¿Cómo se pueden distinguir los pecados graves (pecados mortales) de los menos graves (pecados veniales)?)
lunes, 28 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 315.
YOUCAT Pregunta n. 315. – Parte II. ¿Qué es en realidad un pecado?
(Respuesta YouCat – repeticion) Un pecado
es una palabra, un acto o una intención, con la que un hombre atenta,
consciente y voluntariamente, contra el verdadero orden de las cosas, previsto
así por el amor de Dios.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1851) Es
precisamente en la Pasión, en la que la misericordia de Cristo vencería, done
el pecado manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad,
rechazo y burlas por parte de los jefes y del pueblo, debilidad de Pilato y
crueldad de los soldados, traición de Judas tan dura a Jesús, negaciones de
Pedro y abandono de los discípulos. Sin embargo, en la hora misma de las
tinieblas y del príncipe de este mundo (Cf. Jn 14, 30), el sacrificio de Cristo
se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el perdón
de nuestros pecados.
Para meditar
(Comentario YouCat) Pecar
significa más que infringir alguna de las normas acordadas por los hombres. El
pecado se dirige libre y conscientemente contra el amor de Dios y lo ignora. El
pecado es en definitiva «el amor de sí hasta el desprecio de Dios» (san
Agustín), y en caso extremo la criatura pecadora dice: Quiero ser «como Dios»
(Gen 3,5). Así como el pecado me carga con el peso de la culpa, me hiere y me
destruye con sus consecuencias, igualmente envenena y afecta también a mi
entorno. En la cercanía de Dios se hacen perceptibles el pecado y su gravedad.
(Comentario CIC) (C.I.C 1871) El
pecado es ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (San Agustín, Contra
Faustum manichaeum, 22, 27: PL 42, 418). Es una ofensa a Dios. Se alza contra
Dios en una desobediencia contraria a la obediencia de Cristo. (C.I.C 1872) El pecado es un acto contrario a la razón. Lesiona la
naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana.
(Siguiente Pregunta: ¿Cómo
se pueden distinguir los pecados graves (pecados mortales) de los menos graves
(pecados veniales)?)
domingo, 27 de mayo de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 315.
YOUCAT Pregunta n. 315. – Parte I. ¿Qué es en realidad un pecado?
(Respuesta YouCat) Un pecado es una
palabra, un acto o una intención, con la que un hombre atenta, consciente y
voluntariamente, contra el verdadero orden de las cosas, previsto así por el
amor de Dios.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1849) El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la
conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el
prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como “una
palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna” (San Agustín, Contra
Faustum manichaeum, 22, 27: PL 42, 418; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae,
1-2, 71, 6).
Para meditar
(Comentario YouCat) Pecar
significa más que infringir alguna de las normas acordadas por los hombres. El
pecado se dirige libre y conscientemente contra el amor de Dios y lo ignora. El
pecado es en definitiva «el amor de sí hasta el desprecio de Dios» (san
Agustín), y en caso extremo la criatura pecadora dice: Quiero ser «como Dios»
(Gen 3,5). Así como el pecado me carga con el peso de la culpa, me hiere y me
destruye con sus consecuencias, igualmente envenena y afecta también a mi
entorno. En la cercanía de Dios se hacen perceptibles el pecado y su gravedad.
-> 67,224-239
(Comentario CIC) (C.I.C 1850) El pecado
es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que
aborreces” (Sal 50, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene
y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia,
una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse ‘como dioses’, pretendiendo
conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). El pecado es así ‘amor de sí
hasta el desprecio de Dios’ (San Agustín, De civitate Dei, 14, 28: PL 41, 436).
Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la
obediencia de Jesús que realiza la salvación (Cf. Flp 2, 6-9).
(Continua la Pregunta: ¿Qué es en realidad un pecado?)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)