viernes, 23 de junio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 151.
(Respuesta YouCat – repeticion) El perdón de los pecados
se da fundamentalmente en el Sacramento del Bautismo. Después es necesario el sacramento
de la Reconciliación (Penitencia, Confesión) para el perdón de los pecados
graves. Para los pecados veniales se recomienda también la Confesión. La
lectura de la Sagrada Escritura, la oración, el ayuno y la realización de
buenas obras tienen también un efecto expiatorio.
Reflecciones y
puntos a profundizar
(Comentario CIC) (C.I.C 987) "En la
remisión de los pecados, los sacerdotes y los sacramentos son meros
instrumentos de los que quiere servirse nuestro Señor Jesucristo, único autor y
dispensador de nuestra salvación, para borrar nuestras iniquidades y darnos la
gracia de la justificación" (Catecismo
Romano, 1, 11, 6). (C.I.C 226) Es usar bien de las cosas creadas: La fe
en Dios, el Único, nos lleva a usar de todo lo que no es Él en la medida en que
nos acerca a Él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él
(cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24): “¡Señor
mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti! ¡Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti! ¡Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo
a ti« (san Nicolás de Flüe, Bruder-Klausen-Gebet).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C 227) Es confiar en Dios en todas las
circunstancias, incluso en la adversidad. Una oración de Santa Teresa de Jesús
lo expresa admirablemente: Nada te turbe / Nada te espante Todo se pasa / Dios
no se muda, La paciencia todo lo alcanza / Quien a Dios tiene / Nada le falta /
Sólo Dios basta (Santa Teresa de Jesús, Poesía, 9). (C.I.C 228) "Escucha,
Israel, el Señor nuestro Dios es el Unico Señor..." (Dt 6, 4; Mc 12, 29).
"Es absolutamente necesario que el Ser supremo sea único, es decir, sin
igual [...] Si Dios no es único, no es Dios" (Tertuliano, Adversus
Marcionem 1, 3, 5: PL 2, 274). (C.I.C
229) La fe en Dios nos mueve a volvernos solo a El como a nuestro primer origen
y nuestro fin último; y a non manteponer nada a él. (C.I.C 230) Dios al
revelarse sigue siendo Misterio inefable: "Si lo comprendieras, no sería
Dios" (San Agustín, Sermo, 52, 6,
16: PL 38, 360).
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