jueves, 22 de junio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 151.
(Respuesta YouCat – repeticion) El perdón de los pecados
se da fundamentalmente en el Sacramento del Bautismo. Después es necesario el sacramento
de la Reconciliación (Penitencia, Confesión) para el perdón de los pecados
graves. Para los pecados veniales se recomienda también la Confesión. La
lectura de la Sagrada Escritura, la oración, el ayuno y la realización de
buenas obras tienen también un efecto expiatorio.
Reflecciones y puntos
a profundizar (Comentario CIC)
(C.I.C 979) En este combate contra la inclinación al mal, ¿quién
será lo suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del
pecado? "Puesto que era necesario que, además de por razón del sacramento
del bautismo, la iglesia tuviera la potestad de perdonar los pecados, le fueron
confiadas las llaves del Reino de los cielos, con las que pudiera perdonar los
pecados de cualquier penitente, aunque pecase hasta el final de su vida” (Catecismo
Romano, 1, 11, 4). (C.I.C 980) Por medio
del sacramento de la Penitencia el bautizado puede reconciliarse con Dios y con
la Iglesia: “Los padres tuvieron razón en llamar a la penitencia "un
bautismo laborioso" (San Gregorio Nacianceno, Oratio 39. 17: PG 36, 356). Para los que han caído después del
Bautismo, es necesario para la salvación este sacramento de la Penitencia, como
lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados” (Concilio de
Trento: DS 1672).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C 984) El Credo relaciona "el perdón de los
pecados" con la profesión de fe en el Espíritu Santo. En efecto, Cristo
resucitado confió a los apóstoles el poder de perdonar los pecados cuando les
dio el Espíritu Santo. (C.I.C 985) El Bautismo es el primero y principal
sacramento para el perdón de los pecados: nos une a Cristo muerto y resucitado
y nos da el Espíritu Santo. (C.I.C 986) Por voluntad de Cristo, la Iglesia
posee el poder de perdonar los pecados de los bautizados y ella lo ejerce de
forma habitual en el sacramento de la penitencia por medio de los obispos y de
los presbíteros.
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