sábado, 2 de marzo de 2013
Sal 105, 3 alégrense los que buscan al Señor
3 ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que
buscan al Señor!
(C.I.C 30) "Alégrese el
corazón de los que buscan a Dios" (Sal 105,3). Si el hombre puede olvidar
o rechazar a Dios, Dios no cesa de llamar a todo hombre a buscarle para que
viva y encuentre la dicha. Pero esta búsqueda exige del hombre todo el esfuerzo
de su inteligencia, la rectitud de su voluntad, "un corazón recto", y
también el testimonio de otros que le enseñen a buscar a Dios. “Tú eres grande,
Señor, y muy digno de alabanza: grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene
medida. Y el hombre, pequeña parte de tu creación, pretende alabarte,
precisamente el hombre que, revestido de su condición mortal, lleva en sí el
testimonio de su pecado y el testimonio de que tú resistes a los soberbios. A
pesar de todo, el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte. Tú
mismo le incitas a ello, haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza,
porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no
descansa en ti” (San Agustín, Confessiones,
1,1,1: PL 32, 559-661).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario