(1Co 12, 22-31) Ustedes son el Cuerpo de Cristo
[22] Más aún, los miembros del cuerpo que consideramos más débiles también son necesarios, [23] y los que consideramos menos decorosos son los que tratamos más decorosamente. Así nuestros miembros menos dignos son tratados con mayor respeto, [24] ya que los otros no necesitan ser tratados de esa manera. Pero Dios dispuso el cuerpo, dando mayor honor a los miembros que más lo necesitan, [25] a fin de que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros sean mutuamente solidarios. [26] ¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su alegría. [27] Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo. [28] En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. [29] ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? [30] ¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas? [31] Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía.
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