sábado, 15 de agosto de 2009

1Co 3, 16 El Espíritu de Dios habita en ustedes

(1Co 3, 16) El Espíritu de Dios habita en ustedes
[16] ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
(C.I.C 689) Aquel al que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo (cf. Ga 4, 6) es realmente Dios. Consubstancial con el Padre y el Hijo, es inseparable de ellos, tanto en la vida íntima de la Trinidad como en su don de amor para el mundo. Pero al adorar a la Santísima Trinidad vivificante, consubstancial e individible, la fe de la Iglesia profesa también la distinción de las Personas. Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su Aliento: misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela.

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