domingo, 2 de agosto de 2009

1Co 1, 10-12 No haya divisiones entre ustedes

(1Co 1, 10-12) No haya divisiones entre ustedes
[10] Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. [11] Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes. [12] Me refiero a que cada uno afirma: «Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo».
(C.I.C 810) "Así toda la Iglesia aparece como el pueblo unido ‘por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’" (Lumen gentium, 4; San Cipriano de Cartago, De dominica Oratione, 23: PL 4, 553). (C.I.C 815) ¿Cuáles son estos vínculos de la unidad? "Por encima de todo esto revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección" (Col 3, 14). Pero la unidad de la Iglesia peregrina está asegurada por vínculos visibles de comunión: - la profesión de una misma fe recibida de los apóstoles; - la celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos; - la sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la concordia fraterna de la familia de Dios (cf. Unitatis redintegratio, 2; Lumen gentium, 14; CIC canon 205).

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