sábado, 4 de marzo de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 123.
(Respuesta YouCat – repeticion) La misión
de la Iglesia es hacer brotar y crecer en todos los pueblos el reino de Dios,
que ha comenzado ya con Jesús.
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C
769) La Iglesia "sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo"
(Lumen gentium, 48), cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese
día, "la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones
del mundo y de los consuelos de Dios" (San Agustín, De civitate Dei, 18, 51: PL 41, 614; cf. Lumen gentium, 8). Aquí abajo, ella se sabe en exilio, lejos del
Señor (cf. 2Co 5, 6; 6), y aspira al advenimimento pleno del Reino, "y
espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria" (Lumen gentium, 5). La consumación de la
Iglesia en la gloria, y a través de ella la del mundo, no sucederá sin grandes
pruebas. Solamente entonces, "todos los justos desde Adán, ‘desde el justo
Abel hasta el último de los elegidos’ se reunirán con el Padre en la Iglesia
universal" (Lumen gentium, 2).
Para
meditar
(Comentario
YouCat) Allí donde estuvo Jesús, el cielo tocó
la tierra: Comenzaba el reino de Dios, un reino de paz y justicia. La Iglesia
sirve a este reino de Dios. No es un fin en sí misma. Tiene que continuar lo
que ha comenzado con Cristo. Debe actuar como lo haría Jesús. Continúa
realizando los signos sagrados de Jesús (sacramentos). Transmite las palabras
de Jesús. Por eso la Iglesia, con todas sus debilidades, es realmente un
fragmento de cielo en la tierra.
(Comentario CIC) (C.I.C 790) Los creyentes que
responden a la Palabra de Dios y se hacen miembros del Cuerpo de Cristo, quedan
estrechamente unidos a Cristo: "La vida de Cristo se comunica a a los creyentes,
que se unen a Cristo, muerto y glorificado, por medio de los sacramentos de una
manera misteriosa pero real" (Lumen
gentium, 7). Esto es particularmente verdad en el caso del Bautismo por el
cual nos unimos a la muerte y a la Resurrección de Cristo (cf. Rm 6, 4-5; 1 Co
12, 13), y en el caso de la Eucaristía, por la cual, "compartimos
realmente el Cuerpo del Señor, que nos eleva hasta la comunión con él y entre
nosotros" (Lumen gentium, 7). (C.I.C
780) La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvación, el signo y el
instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.
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