martes, 6 de septiembre de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 77.
(Respuesta YouCat – repetición) En Jesús Dios
se ha hecho realmente uno de nosotros y con ello nuestro hermano; pero no por
ello dejó de ser a la vez Dios y por tanto nuestro Señor. El concilio de
Calcedonia, del año 451, declaró que la divinidad y la humanidad están unidas
entre si en la única persona de Jesucristo «sin confusión ni división».
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 467) Los monofisitas afirmaban que la
naturaleza humana había dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por
su persona divina de Hijo de Dios. Enfrentado a esta herejía, el cuarto
Concilio Ecuménico, en Calcedonia, confesó en el año 451: “Siguiendo, pues, a
los Santos Padres, enseñamos unánimemente que hay que confesar a un solo y
mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en
la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre compuesto de alma
racional y de cuerpo; consubstancial con el Padre según la divinidad, y
consubstancial con nosotros según la humanidad, ‘en todo semejante a nosotros,
excepto en el pecado’ (Hb 4, 15); nacido del Padre antes de todos los siglos
según la divinidad; y por nosotros y por nuestra salvación, nacido en los
últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad. Se ha
de reconocer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único en dos naturalezas, sin
confusión, sin cambio, sin división, sin separación. La diferencia de
naturalezas de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a
salvo las propiedades de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo
sujeto y en una sola persona (Concilio de Calcedonia, Symbolo: DS 301-302).
Para Meditar
(Comentario YouCat) La Iglesia se ha esforzado
durante largo tiempo para poder expresar la relación entre divinidad y
humanidad en Jesús. La divinidad y la humanidad no están enfrentadas, de modo
que Jesús sólo fuera parcialmente Dios y parcialmente hombre. Como no es cierto
que la naturaleza divina y la naturaleza humana se mezclen en Jesús. En Jesús
Dios no ha tomado sólo en apariencia un cuerpo humano (docetismo), sino que se
hizo realmente hombre. Tampoco se trata en la humanidad y en la divinidad de
dos personas diferentes (nestorianismo). Finalmente, tampoco es cierto que en
Jesucristo la naturaleza humana desaparezca al ser asumida en la naturaleza divina
(monofisismo). Contra todas estas herejías la Iglesia ha mantenido firme la fe
en que Jesucristo es, en una persona, a la vez verdadero Dios y verdadero
hombre. La conocida fórmula «sin separación y sin confusión» (Concilio de
Calcedonia) no pretende explicar lo que es inalcanzable a la inteligencia
humana, sino que, por así decir, fija los pilares de la fe. Designa la
«dirección» en la que se puede buscar el misterio de la persona de Jesús.
(Comentario CIC) (C.I.C 481) Jesucristo posee dos naturalezas, la
divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de
Dios.
(Continua la Pregunta: ¿Qué significa que Jesucristo es a la vez verdadero
Dios y verdadero hombre?)
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