viernes, 1 de abril de 2011

Hb 8, 6-7 Es mediador de una alianza mejor

(Hb 8, 6-7) Es mediador de una alianza mejor

[6] Pero ahora Jesús celebra una liturgia tanto superior cuanto es mediador de una alianza mejor fundada en promesas mejores. [7] Si la primera alianza no mereciera críticas, no habría que buscar otra.

(C.I.C 1076) El día de Pentecostés, por la efusión del Espíritu Santo, la Iglesia se manifiesta al mundo (cf. Sacrosanctum Concilium, 6; Lumen gentium, 2). El don del Espíritu inaugura un tiempo nuevo en la "dispensación del Misterio": el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación mediante la Liturgia de su Iglesia, "hasta que él venga" (1Co 11,26). Durante este tiempo de la Iglesia, Cristo vive y actúa en su Iglesia y con ella ya de una manera nueva, la propia de este tiempo nuevo. Actúa por los sacramentos; esto es lo que la Tradición común de Oriente y Occidente llama "la Economía sacramental"; esta consiste en la comunicación (o "dispensación") de los frutos del Misterio pascual de Cristo en la celebración de la liturgia "sacramental" de la Iglesia. Por ello es preciso explicar primero esta "dispensación sacramental" (capítulo primero). Así aparecerán más claramente la naturaleza y los aspectos esenciales de la celebración litúrgica (capítulo segundo). 1076 (C.I.C 1089) "Realmente, en una obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a la Iglesia, su esposa amadísima, que invoca a su Señor y por Él rinde culto al Padre Eterno" (Sacrosanctum Concilium, 7).

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